
"¿Para llegar a Utopía? Muy fácil: siga recto, alquile una nave espacial (¡ahora están baratísimas!), despegue, siga hasta Júpiter pasando por Marte. Por ahí estará, pero tenga cuidado de no meterse en ningún agujero negro... Pues a la derecha verá un pequeño planeta, invisible para hipócritas y demás gente, todo verde. Déjese caer...
Hizo lo que le había indicado esa amable señora y cuando llegó tras trece horas de viaje (sí, sí, cómo avanzan las tecnologías!) vio algo parecido al paraíso: la gente va a donde quiere, como quiere y sin preocuparse de los demás.
Hay parejas de mujeres, de hombres... hay hasta hilo musical, pero no del cutre ese que te ponen en cualquier centro comercial, no, está adaptado a tus gustos.
Es un mundo en el que no se te tacha por tus pensamientos e ideales, y no hay nada que no se solucione con un buen café del Starbucks.
La gente soluciona sus problemas hablando.
Hizo lo que le había indicado esa amable señora y cuando llegó tras trece horas de viaje (sí, sí, cómo avanzan las tecnologías!) vio algo parecido al paraíso: la gente va a donde quiere, como quiere y sin preocuparse de los demás.
Hay parejas de mujeres, de hombres... hay hasta hilo musical, pero no del cutre ese que te ponen en cualquier centro comercial, no, está adaptado a tus gustos.
Es un mundo en el que no se te tacha por tus pensamientos e ideales, y no hay nada que no se solucione con un buen café del Starbucks.
La gente soluciona sus problemas hablando.
Puedes ver hablando a gente de lo más variopinta...
Es como la Comarca, toooooodo verde (pero sin mosquitos, eso sí), y con una temperatura perfecta: ni frío ni calor. El aire huele... pues a lo que más te guste. A mí me huele a ti. Por ejemplo.
No existe el dinero, tampoco existe el hambre o la guerra: no cabe en ese pequeño mundo de fantasía en el que casi todo es posible. Casi.
Por supuesto: nadie es superior a nadie, y nunca lo será. Porque da igual que seas de Torrejón, del Barrio de Salamanca o de Teruel, siempre tendrás lo que necesites.
Y los fines de semana… qué fines de semana: organizan juegos, espectáculos y fiestas.
Siempre hay alguien dispuesto a ayudarte en los malos momentos, aunque hay pocos, la verdad.
En un sitio así es imposible estar triste…
Al dar media vuelta vio un cartel: Bienvenido a Utopía"
Carlos despertó del mundo que había sido creado por su cerebro, un sueño imposible de alcanzar por el momento... Se dio cuenta de que estaba en su habitación, fría y aburrida. Y solo, para más fastidio.
"Antes la gente vivirá en un igloo en el Sahara..."
Y con ese pensamiento volvió a dormirse para soñar con la persona perfecta...
Es como la Comarca, toooooodo verde (pero sin mosquitos, eso sí), y con una temperatura perfecta: ni frío ni calor. El aire huele... pues a lo que más te guste. A mí me huele a ti. Por ejemplo.
No existe el dinero, tampoco existe el hambre o la guerra: no cabe en ese pequeño mundo de fantasía en el que casi todo es posible. Casi.
Por supuesto: nadie es superior a nadie, y nunca lo será. Porque da igual que seas de Torrejón, del Barrio de Salamanca o de Teruel, siempre tendrás lo que necesites.
Y los fines de semana… qué fines de semana: organizan juegos, espectáculos y fiestas.
Siempre hay alguien dispuesto a ayudarte en los malos momentos, aunque hay pocos, la verdad.
En un sitio así es imposible estar triste…
Al dar media vuelta vio un cartel: Bienvenido a Utopía"
Carlos despertó del mundo que había sido creado por su cerebro, un sueño imposible de alcanzar por el momento... Se dio cuenta de que estaba en su habitación, fría y aburrida. Y solo, para más fastidio.
"Antes la gente vivirá en un igloo en el Sahara..."
Y con ese pensamiento volvió a dormirse para soñar con la persona perfecta...
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