Aunque el motivo de mi frustración sea una tontería, me frustra. Y no sabes de qué manera...
Hoy me he encontrado con un muy buen amigo, y hemos estado hablando. Me ha contado un concierto al que fue, los súperpedos que se coge en su pueblo (más bien me dan igual) y demás cosas suyas. He escuchado atento toooodo lo que decía, pero... el momento de la verdad, cuando he empezado a contarle un concierto al que fui hace poco tiempo... ¿Qué hacía? INTERRUMPIRME
Y no hay cosa que mas me moleste. Estás contándole algo a alguien y te corta, hecho que te da a entender que lo que le estás contando le importa una mierda. ¿O no da esa impresión?
Me repatea de una manera increíble que me corten al hablar. Pero más me repatea que me corten después de haber estado escuchando un rato (largo) cómo se insultaban unos encima de un escenario, o una "pelea de gallos", por así decirlo.
Pero lo mío debe de ser mala suerte: en el trabajo tenía una compañera que era igual, si decías más de tres palabras seguidas te cortaba... desesperante.
No entiendo qué parte de su cerebro les dice: interrumpe, interrumpe, interrumpe.
Y lo peor de todo, si les cortas tú encima se enfadan, ozú!
Conclusión: tratar lo menos posible con esas gentes.
(Nota mental: no contarle nada más a Jorge, nunca más)
martes, 22 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario